La gangrena narco-terrorista sigue minando las bases de la democracia colombiana.
Friday, October 08, 2010
Por Jacques Thomet
Un Journalisme d'investigation, Paris
http://jacquesthomet.unblog.fr/2010/10/06/colombie-une-revolution-nest-plus-a-exclure-face-a-linfiltration-au-plus-haut-niveau-du-narco-terrorisme/
Espero equivocarme, pero la acumulación de pruebas sobre la gangrena del Estado por el narco-terrorismo al más alto nivel de la justicia y del poder legislativo me hace temer una explosión de violencia sinónimo de revolución, de izquierda o de derecha, según sus resultados funestos.
Frente a los crímenes de lesa humanidad probados y cometidos por las FARC, un grupo terrorista para Europa, las autoridades democráticas de Colombia han perdido la partida a pesar de los triunfos del ejército contra los asesinos de la guerrilla.
Éstos son los ingredientes de una eventual revolución:
1 – Las escuchas telefónicas: hechas por los servicios secretos del DAS para espiar a los cómplices comprobados de las FARC en la justicia y en el Congreso, no se utilizan para perseguir a los aliados del terrorismo, cuya complicidad ha sido probada por esas escuchas, sino para encarcelar a los agentes del DAS que hicieron las grabaciones, y para excluir de toda función oficial a un ex asesor presidencial de Álvaro Uribe, Bernardo Moreno. En Francia, país que no tiene un contexto terrorista como Colombia, las escuchas ilegales no desataron proceso alguno contra quien las había ordenado, el ex presidente François Mitterrand. Los amigos de las FARC quieren llevar ahora a Álvaro Uribe ante la sala de acusación del Congreso.
2 – Los cómplices de los terroristas en el Congreso, como la senadora Piedad Córdoba, no han sido acusados. Esa vocera de las FARC ha sido destituida de su cargo, pero no se ha tomado contra ella ningún tipo de medida judicial o de detención y ni siquiera sus computadores han sido incautados.
3 - Los ex terrorista del M-19 amnistiados están libres y ocupan posiciones de alto nivel en el Estado, mientras que el héroe colombiano, el Coronel Alfonso Plazas Vega, está pagando 30 años de prisión por haber salvado la vida de cientos de jueces cuando rescató por las armas el palacio de justicia de Bogotá, incendiado por el M-19 luego de matar a 100 de sus rehenes y de quemar los expedientes de los traficantes de drogas tras haber recibido 6 millones de dólares de Pablo Escobar.
4 - No ha servido de nada al ejército colombiano haber eliminado en 2008 a Raúl Reyes, número dos de las FARC, ni haber liberado el mismo año a Ingrid Betancourt, a los tres estadounidenses y a 11 oficiales rehenes de los rebeldes desde hacía 12 años, ni haber abatido el mes pasado al carnicero de las FARC, Mono Jojoy. La gangrena narco-terrorista sigue socavando las bases de la democracia colombiana.