El hombre del cartel
Monday, June 18, 2007
Semana 06/16/2007
El gobierno de Estados Unidos considera a Fabio Enrique Ochoa Vasco uno de los más grandes capos del narcotráfico. Su rostro y sus datos biográficos fueron incluidos a finales del año pasado en el cartel de los extraditables más buscados del mundo. Por su captura ofrecen cinco millones de dólares de recompensa. Aunque su nombre resulta desconocido para la mayoría de los colombianos, puede ser uno de los hombres que más conocen el mundo del narcotráfico en las últimas tres décadas.
Ochoa nació en 1960 en el barrio Manrique, en las comunas de Medellín. Dos años más tarde, su padre, un ex mecánico de la Fuerza Aérea, decidió irse con su esposa y sus 17 hijos a probar suerte a Miami. Todos se hicieron ciudadanos estadounidenses, menos él.
En 1983, Ochoa purgó una condena de dos años en Estados Unidos por ingresar 10 kilos de marihuana. Cinco años más tarde, regresó a Colombia y trabajó al lado de Fernando Galeano, uno de los más importantes miembros del cartel de Medellín, y se hizo muy amigo de su jefe de seguridad, Diego Fernando Murillo, alias 'Don Berna'.
Conoció a su tocayo Fabio Ochoa Vásquez (del clan de los Ochoa) y, como ambos estaban en el mismo mundo y dedicados a los mismos 'negocios', decidió cambiar su nombre por el de Carlos Mario Vega, aunque sus amigos lo llamaban 'Kiko'. Estuvo con Pablo Escobar, a quien visitó con frecuencia en La Catedral, pero en 1992 terminó como miembro de los 'Pepes'.
Tras la muerte de Escobar, se convirtió en el hombre de confianza del nuevo patrón de la capital antioqueña: 'Don Berna'. Vio surgir el cartel del Norte del Valle y en 1994 se fue a vivir a México. Por esa época ya tenía cuatro solicitudes de extradición. Este no fue un impedimento para que viajara frecuentemente a Colombia utilizando tres pasaportes diferentes.
A comienzos de 2000 se le presentó a Salvatore Mancuso en una de sus fincas en Córdoba. El jefe paramilitar le pidió a Ochoa utilizar sus "contactos" en México para traer a Colombia un armamento para las AUC.
Durante los siguientes cinco años vivió en las entrañas de los paramilitares. Denuncia que Mancuso y otros miembros de las AUC traficaron toneladas de cocaína cuando ya estaban en pleno proceso de paz. Cuando sintió cerca los pasos de la justicia estadounidense, fue protegido por los paras, que no tuvieron inconveniente en esconderlo, como a muchos otros extraditables, en pleno corazón de Santa Fe Ralito.
También dice que fue testigo de cómo los paramilitares recogieron plata para sumarle votos a la primera candidatura presidencial de Álvaro Uribe. Esta afirmación no es más que una versión personal. No significa que Uribe, ni su campaña, hubieran buscado, pactado, o conocido esos supuestos apoyos electorales.
Ochoa, que piensa contarle todo a la justicia, reveló increíbles secretos de las relaciones entre paramilitares y narcotraficantes.
SEMANA: ¿Usted por qué decide hablar?
FABIO OCHOA VASCO: Porque Salvatore Mancuso está mintiéndole a la Fiscalía y no está contando toda la verdad.
SEMANA: ¿Y usted qué tiene que ver con Mancuso?
F.O.V.: Yo conocí a Mancuso a principios de 2000 a través de mi cuñado. Él le habla de mí, le cuenta que yo vivo en México y me invita a una finca en Tierralta (Córdoba), la famosa 'Mueblería'. Él ya tenía su discurso de que las AUC no iban a dejar que el proceso de paz de las Farc con Pastrana saliera adelante y que ellos necesitaban generar dinero para crecer su ejército. Él empezó a necesitar de unos contactos en México y me pidió ayuda.
SEMANA: ¿Ahí fue cuando usted comenzó a trabajar con él?
F.O.V.: A partir de ese momento comencé a conocerle sus negocios de narcotráfico, de armas, sus secretos y su relación con los políticos. Mancuso ya era narco y para. Ya tenía rutas a diferentes partes del mundo. Ya era un hombre rico. Ya tenía fincas, ganado y poder. El primer favor que me pidió era que él tenía un contacto en México y que necesitaba hablar con esa persona para importar un armamento. Yo le hice el favor. Busqué al señor mexicano que me dijo, lo encontré y se lo llevé hasta Montería. Ellos hicieron su negocio.
SEMANA: ¿En qué consistía ese negocio?
F.O.V.: Se trató de una importación, a través de Honduras, de un armamento. Eran fusiles AK y R-15, rockets y munición. Ese armamento lo debe tener todavía Mancuso porque eso tardó un año y medio en llegar. Eso fue por lancha. Llegó como tres meses antes de que él se desmovilizara. Hasta donde yo sé, quedó guardado y no lo entregó cuando se desmovilizó. Eso entró por Puerto Escondido (Córdoba) y lo recibió Andrés Angarita, que era un comandante de confianza de él.
SEMANA: ¿Cómo continuó su relación con Mancuso después de ese favor?
F.O.V.: Mancuso me pidió que le prestara unos muchachos del barrio Manrique en Medellín, que trabajaban conmigo en un proyecto de resocialización. Él los quería para que trabajaran con Andrés Angarita en Puerto Escondido montando un proyecto social parecido al que yo tenía en las comunas. Yo mando a los muchachos y ellos se dan cuenta de que lo que Mancuso hacía en realidad, era sacar droga por ese sitio.
SEMANA: ¿Cómo se dan cuenta?
F.O.V.: Puerto Escondido era una zona de el 'Alemán'. Allá había una finca que tenía siete kilómetros de playa que había sido del narcotraficante hondureño Ramón Matta Ballesteros. Mancuso terminó quedándose con ella después de matar al administrador y la convirtió en una de sus principales salidas de droga.
SEMANA: ¿De dónde sacaba la droga Mancuso?
F.O.V.: Mancuso controlaba dos zonas principalmente: el Catatumbo y Tierralta (Córdoba). Mínimo le daban 10.000 kilos mensuales. En el Catatumbo había varios bandos, pero Mancuso era el patrón.
SEMANA: ¿Usted participó en esos negocios de droga, o cómo se explica que conozca ese tipo de información?
F.O.V.: Lo que pasa es que a través de mis amistades yo le ayudo a Mancuso con unas personas clave para sus negocios de droga. Yo fui una especie de enlace entre diferentes personas con él. Yo no puedo decir que soy una persona inocente sobre esos asuntos. Lo que pasa es que Mancuso ha dicho que yo era el patrón, y en realidad, el patrón era él.
SEMANA: ¿Tiene pruebas para demostrarlo?
F.O.V.: Tengo, y muchas. Por ejemplo, Mancuso tenía un muchacho sanandresano llamado Javier Hooker. Él era el lanchero principal de Mancuso para sacar la droga por Puerto Escondido. Hooker se le empieza a salir de las manos y comienza a trabajar con otra gente. Lo que no ha contado Mancuso es que él lo mandó matar en 2004 por temor a que lo delatara, y el cuerpo está enterrado en una de sus fincas. Quien recibió la orden de asesinarlo está dispuesto a hablarle a la justicia. La otra prueba es de un muchacho que está en la cárcel de Cómbita. Él se llama René de Martini y fue arrestado en febrero de 2005, cuando fue incautada una lancha cerca de San Andrés con dos toneladas de cocaína. Él era el que le manejaba el supuesto proyecto social que tenía como fachada Mancuso en Puerto Escondido, pero en realidad era el que le supervisaba la salida de la droga hacia México.
SEMANA: ¿Y cómo era el negocio de narcotráfico de Mancuso?
F.O.V.: Yo estuve con él desde 2000 a 2005. En ese tiempo vi cómo, en menos de año y medio, entre 2003 y 2005, Mancuso recibió 90 millones de dólares de la droga. La manera de demostrarlo es con testigos y documentos contables que tengo en mi poder. Lo mismo que sus aliados tarde o temprano estallarán y contarán también lo que saben.
SEMANA: ¿Como quiénes?
F.O.V.: Como 'Jorge 40' y 'Diego Vecino'. 'Vecino' manejaba las rutas desde Cartagena hasta Lorica y las islas de San Bernardo del Viento, diagonal a Moñitos.
SEMANA: ¿Y 'Jorge 40'?
F.O.V.: Los aviones pequeños que salían con droga despegaban de las pistas de 'Jorge 40' en Cesar que se las manejaba el comandante '39', a quien después mataron. Entre '40', 'Vecino' y Mancuso había total complicidad para el negocio de la droga. El problema es que él está confiado en que los otros no van a delatarlo. Sin embargo, entre ellos hubo muchos problemas por la droga. Cuando 'Jorge 40' aún no se había desmovilizado, le robó a Mancuso 2.300 kilos de coca en 2005 porque necesitaba plata. Eso creó un problema muy grande entre ellos, tanto que hasta Luis Carlos Restrepo tuvo que intervenir para calmarlos.
SEMANA: ¿Cómo entraba Mancuso el dinero a Colombia?
F.O.V.: Lo entraban por diferentes rutas. Nunca en avión privado, sino por aeropuertos comerciales en donde se tiene que comprar mucha gente. 'Bon Ice', su hombre de confianza, era el que le recogía la plata en Bogotá y se la llevaba a Montería.
SEMANA: ¿Dónde guarda todo el dinero?
F.O.V.: Él lo oculta a través de varios testaferros. Uno es 'Maroso', un ganadero importante de Córdoba. Otro es el 'Turco', que tiene una tienda de electrodomésticos en Montería. Tiene un grupo de abogados que armaron empresas y compraron unas fincas. Yo me asocié con Mancuso en algunas de estas propiedades y no pude pagarlas. Me cobró una multa y me costó la casa de mis hijos y unas propiedades de mi familia en Medellín. Ninguna de esas propiedades figura en las listas que tiene la Fiscalía y por eso él no las nombra. También tiene mucha plata encaletada. Y está mintiendo cuando le dice a la justicia que toda su fortuna está conformada por 4.000 hectáreas y 25 millones de dólares. No más en tierra tiene más de 100.000 hectáreas. Sólo en las fincas 'La Mueblería' , '00' y '05', que yo conozco bien, tiene 18.000 hectáreas y 120.000 cabezas de ganado.
SEMANA: ¿Usted está contando todo esto para vengarse de Mancuso?
F.O.V.: No. Lo que pasa es que él viene hablando de unas cifras muy equivocadas y no ha dicho la verdad sobre sus negocios de narcotráfico. Por ejemplo, no ha hablado de sus negocios con dos hermanos venezolanos quienes eran sus socios. Eran los que le manejaban gran parte de la droga que Mancuso sacaba del Catatumbo hacia Venezuela. La última vez que yo lo oí hablar sobre de esos negocios fue cuando mandó a 'Bon Ice' a ese país a recoger unas platas porque por esos días necesitaba urgentemente 25 millones de dólares para un negocio. Tampoco ha contado que en 2003, cuando comenzó el proceso de paz, tenía escondidas 72 toneladas de coca en Ralito listas para exportar. Ni ha mencionado que en 2005 sacó 23.000 kilos y los repartió. A 'Jorge 40' le dio 8.000 kilos para sacarlos por Cesar y Santa Marta, y 15.000 se los dio a sus socios venezolanos. Eso lo sé y lo vi porque por esa época Mancuso me tenía escondido en Ralito.
SEMANA: ¿Como así que Mancuso lo tenía a usted escondido, si la zona de diálogos era sólo para los paramilitares que estaban en el proceso de paz?
F.O.V.: Él me escondió nueve meses porque me había salido un nuevo indictment (acusación de la justicia estadounidense) en noviembre de 2004. A él no le convenía que me capturaran y contara todo lo que sé de sus negocios de narcotráfico. Allí estuve con Ricardo 'Cayo' Castro, que está también es requerido por la justicia norteamericana. Ellos prometieron en los puntos de negociación meter a sus financieros y Mancuso me dice: "Quédese aquí". Y me dejó la finca '05' para que viviéramos ahí.
SEMANA: ¿Quiénes más estaban escondidos allá en Santa Fe Ralito?
F.O.V.: También estaban escondidos otros extraditables. Conmigo éramos como 10. Es más, Juan Carlos, el 'Tuso' Sierra y yo nos reunimos una vez y pensábamos proponerle al gobierno una entrega de los que estábamos pedidos en extradición por Estados Unidos. A 'Cayo' y a mí nos protegía Mancuso, al 'Tuso" lo acogió 'Don Berna'. Había otros protegidos en Urabá por el 'Profe', Vicente Castaño. A mí no me pidieron a cambio nada. Pero a otros les cobraban por protegerlos. El precio dependía del marrano. Mancuso nos dijo que ellos podían convencer al gobierno de meternos dentro del paquete de la ley como paras, que ya todo estaba arreglado. Ellos pagarían seis años y los narcos avalados por las AUC pagarían máximo 12 años.
SEMANA: ¿Y por qué estaban tan seguros de ese arreglo con el gobierno?
F.O.V.: Porque cuando yo comencé a asistir a reuniones de las AUC, a finales de 2001, ya se hablaba de eso. Es más, recuerdo que yo estaba con Mancuso en la finca '05' y llegaron dos señores de Medellín. Yo escuché la conversación en donde básicamente ellos les proponían un proceso de paz muy favorable para las autodefensas, tanto que las AUC estaban felices y empezaron a reunir a todo el mundo porque los votos tenían que ser para Uribe y explicaban lo que él estaba dispuesto a hacer por ellos. Comenzaron a convocar a los líderes comunales, los mandamás y a trasladar gente para convencerla.
SEMANA: ¿Quiénes eran esos dos señores?
F.O.V.: Yo no soy político, pero soy paisa. Y ellos eran paisas. Hablaron del proyecto de paz. Dijeron que había cabida para el que tuviera problemas en Estados Unidos. Y en otras reuniones, estuvieron empresarios, ganaderos y narcos a los que ellos pensaron que podían entrar y les dijeron que se prepararan para un proceso de paz. Algunos dijeron que darían plata para la campaña porque una de las promesas era que iba a ser un proceso en donde, si usted estaba acusado de autodefensa o tenía sospechas, se salvaba.
SEMANA: ¿Y al final, quiénes dieron plata para la campaña?
F.O.V.: Yo le digo lo que yo vi. Antes de esconderme en Ralito yo visitaba a Mancuso con frecuencia en su finca, la '05'. En una de esas visitas, en marzo de 2002, cuando Uribe comenzó a repuntar en las encuestas, estaba conversando con Mancuso cuando llegó una camioneta Hilux y se bajaron dos hombres de unos 45 y 38 años, paisas, pero venían de Bogotá. Los vi cinco minutos cuando Mancuso les dio la orden a dos de sus hombres de seguridad de que subieran al carro tres maletas llenas de billetes de cien dólares. Es más, de esa plata yo aporté 150.000 dólares. Ellos se fueron rápido antes de que cerraran el aeropuerto. Iban para Bogotá.
SEMANA: ¿Usted está consciente de lo que se está refiriendo?
F.O.V: Sólo les habló de lo que vi y de lo que me dijo Mancuso. Y no sé qué hicieron con esa plata, ni siquiera sé si le llegó a la campaña, si la dieron a los políticos regionales o si Mancuso se quedó con ella.
SEMANA: ¿ Y usted por qué dio 150.000 dólares?
F.O.V.: Yo di poco porque yo no era ni capo ni estaba en el proyecto, era simplemente una solidaridad hacia el comandante que era mi amigo. Pero me comprometí a movilizar en Antioquia a unas 5.000 personas y la orden era que tenían que votar por Uribe.
SEMANA: ¿Y lo hizo?
F.O.V.: Claro. Hice reuniones, contraté buses y les di comida el día de las elecciones. Yo creo que en esa movilización en un día me gasté 300 millones de pesos. Yo no sé cuánta gente votó al final por él, pero el triunfo fue total.
SEMANA: ¿Qué ganaba usted con eso, si no era paramilitar?
F.O.V.: Yo llevaba hasta ese momento 14 años en la clandestinidad. A mí me daba igual. Yo colaboraba porque pensé que Colombia necesitaba soluciones al tema del conflicto y al tema del narcotráfico.
SEMANA: Pero usted ya tenía antecedentes de haber trabajado con narcos de Medellín, como Fernando Galeano, asesinado por Pablo Escobar, y tenía desde los años 80 cuatro acusaciones por droga en Estados Unidos.
F.O.V.: Es verdad. Y estuve desde el 83 hasta el 85 en las cárceles de Oklahoma y Reno. En el 87 volví a Colombia y un año después conocí al 'Negro Galeano' y a 'Don Berna' porque era su jefe de seguridad. En el 88 me salió un indictment en el que me relacionaron con un negocio de mi hermano Mauricio. Yo no quise solucionar ese problema con Estados Unidos, pero mi hermano estuvo preso 10 años, salió con sida y murió a las cuatro semanas. Luego viví en Cali y después me fui para México, pero viajaba a Colombia frecuentemente. A finales de los 90 regreso a Medellín y me dedico a un proyecto de resocialización del barrio Manrique en las comunas.
SEMANA: Pero, volviendo al tema de los aportes a la campaña, usted no habla sino de Mancuso. ¿Es que él fue el único que dio plata?
F.O.V.: Mi amistad era con Mancuso y por eso le hablo de lo que fui testigo. Él es de esos hombres que hacen alarde de todo. Incluso, unos cuatro días antes de las elecciones, le dio a su segundo comandante, Andrés Angarita, dos millones de dólares para que repartiera en Montería.
SEMANA: Pero en Montería perdió Álvaro Uribe.
F.O.V.: Mancuso cuando supo los resultados se emberracó, puteó y dijo que de ahora en adelante la gente de Montería iba a comer mierda. Pero Angarita no puede ser testigo porque él lo mandó matar. Pero después de que ganó Uribe las elecciones, Mancuso nos decía que ahora sí eran los cuatro años de nosotros y vamos a manejar esto como queramos.
SEMANA: ¿Y por qué creer que usted está diciendo la verdad?
F.O.V.: Yo estuve con Mancuso cinco años. Lo conozco muy bien. Le aseguro que tarde o temprano él contará la verdad. Cuando vea que se le cierran las puertas para lograr una condena de justicia y paz, más la presión de los norteamericanos, que saben que él es el más grande capo que hay en Colombia, tratará de defenderse y contará sus alianzas con el presidente Uribe. Mancuso es un hombre traicionero.
SEMANA: ¿Quién más, que pueda llegar a hablar, sabe sobre estas alianzas?
F.O.V.: Todos los comandantes que se sentaron la primera semana en la mesa de negociaciones saben la verdad. Saben que para estar donde están, metieron más de 10 millones de dólares. Tarde o temprano alguno se va a reventar porque se sienten traicionados por el gobierno.
SEMANA: Como que traicionados. ¿Acaso no les ha ido bien?
F.O.V.: Mire, desde los 12 puntos iniciales del proceso era un ambiente de angustia porque el gobierno los había traicionado y cada vez que intentaban ponerle presión al gobierno, les respondían: ¡Hagan lo que quieran! Llegaba el comisionado Luis Carlos Restrepo y volvían a arrancar porque no todos son guerreros. Son personas que se lucraron con el negocio de la droga, se cansaron del monte y la riqueza que tienen no la quieren compartir con el pueblo. Es una oportunidad que no pueden perder.
SEMANA: Usted mismo reconoce que el Comisionado de Paz era fuerte en su posición.
F.O.V.: Uribe fue muy inteligente al poner a Restrepo a negociar. Después de que matan a Castaño les cambian toda la torta y el Comisionado los pone a pelear entre ellos. Coge a uno por uno: "Usted se entrega y yo le ayudo con los norteamericanos", les decía. Fue muy astuto. Logró dividirlos. Yo fui a dos reuniones y el man les decía: "Ladrones, bandidos. Yo no hablo con ustedes como grupo... yo hablo con usted, Mancuso. Yo habló con usted, comandante. Y con usted". Y logró desunirlos con amenazas. El sí les habló duro. En cambio uno veía al ministro Sabas Pretelt hablar mal de ellos en los medios y después uno oía a Mancuso decir que él era amigo, que iba a trabajar para ayudarlos y que todo era un 'paro' que tenía que hacer públicamente.
SEMANA: ¿Usted asistía a todas las reuniones de las AUC?
F.O.V.: No. Yo fui a algunas. Y estuve en las que Mancuso hacía en '05', donde yo vivía.
SEMANA: ¿En esos meses que estuvo en la finca de Mancuso supo algo de por qué razón mataron a Carlos Castaño?
F.O.V.: Mancuso pedaleó la muerte de Carlos Castaño. Ese día yo estaba en su finca y me levantó en la mañana para contarme que habían matado a Carlos. Él ya venía diciéndome que Carlos era una piedra en el zapato. Venía con el cuento de que estaba trabajando con la DEA y decía que iba a ser el tropiezo del proceso. Antes de la muerte de Carlos uno sentía la tensión que se vivía en la zona.
SEMANA: ¿Por qué?
F.O.V.: Carlos Castaño empezó a agredirlos a ellos y a los amigos. Después de que Uribe es electo, Mancuso le ordena a la gente que Carlos no debía enterarse de nada de sus movimientos de mercancía, plata, ni de nada. Mancuso empieza a planear la muerte y pedalea para que el 'Profe', Vicente Castaño, dé el OK. A 'Berna' no lo tuvo que voltear porque en una reunión discutió con él porque no quería volver a ver a los narcos en la zona. Para Carlos, todo el que visitaba a 'Berna' era un narco y discutieron por la presencia de el 'Mellizo' y el 'Tuso'. En ese alegato Carlos le tiró una granada a una laguna en donde 'Berna' tenía peces y se los mató todos. A partir de ahí todo cambió. 'Berna', quien antes andaba con seis escoltas, empezó a andar con 22. Lo mismo Mancuso. Fuera de eso, venía el rumor de que Carlos estaba colaborando con la DEA. Mancuso aprovechó eso para convencer a todos los jefes paramilitares de matar a Carlos. Paradójicamente, Mancuso estaba haciendo lo mismo por lo que ordenó matar a Carlos: Negociando con la DEA.
SEMANA: ¿Por qué Mancuso pasó de ser su amigo a ser su enemigo?
F.O.V: Porque me delató ante la Dea y les dijo que yo era el nuevo Pablo Escobar de Colombia. Gracias a su delación, mi vida vale hoy cinco millones de dólares que es lo que ofrecen los gobiernos de Estados Unidos y Colombia por mí. Es parte de su estrategia, ya que en caso de ser extraditado, tiene la coartada para echarme a mí la culpa de todos sus negocios de narcotráfico. Pero aparte de eso, la verdad es que cuando Mancuso dijo que él sólo "tuvo que cuidar cultivos de coca cobrar impuestos y vender la coca para financiar la guerra" es falso. Mancuso es un capo y yo tengo las pruebas para demostrarlo en mi defensa ante la Fiscalía colombiana o si llego a ser extraditado a Estados Unidos.
SEMANA: ¿Cuándo fue la última vez que habló con Mancuso?
F.O.V.: El día antes de que capturaron a 'Berna' en Ralito, en 2005. Ese día me llamó por el radio para decirme que el comisionado Luis Carlos Restrepo lo había llamado para decirle que iban por Bernardo. Al otro día me fui de Ralito y salí del país. Jamás volví a hablar con él.
SEMANA: ¿Usted estaría dispuesto a contarle todo esto a la justicia?
F.O.V.: Cuando a mí me lleven a juicio, yo voy a contar la verdad porque me siento traicionado por Mancuso. Se ha dedicado a engañar a un poco de gente. Habla más fácilmente de los muertos que de los vivos. Yo lo que quiero es desmantelar las mentiras de un capo tan grande como Mancuso, que vale 500 millones de dólares...
El gobierno de Estados Unidos considera a Fabio Enrique Ochoa Vasco uno de los más grandes capos del narcotráfico. Su rostro y sus datos biográficos fueron incluidos a finales del año pasado en el cartel de los extraditables más buscados del mundo. Por su captura ofrecen cinco millones de dólares de recompensa. Aunque su nombre resulta desconocido para la mayoría de los colombianos, puede ser uno de los hombres que más conocen el mundo del narcotráfico en las últimas tres décadas.
Ochoa nació en 1960 en el barrio Manrique, en las comunas de Medellín. Dos años más tarde, su padre, un ex mecánico de la Fuerza Aérea, decidió irse con su esposa y sus 17 hijos a probar suerte a Miami. Todos se hicieron ciudadanos estadounidenses, menos él.
En 1983, Ochoa purgó una condena de dos años en Estados Unidos por ingresar 10 kilos de marihuana. Cinco años más tarde, regresó a Colombia y trabajó al lado de Fernando Galeano, uno de los más importantes miembros del cartel de Medellín, y se hizo muy amigo de su jefe de seguridad, Diego Fernando Murillo, alias 'Don Berna'.
Conoció a su tocayo Fabio Ochoa Vásquez (del clan de los Ochoa) y, como ambos estaban en el mismo mundo y dedicados a los mismos 'negocios', decidió cambiar su nombre por el de Carlos Mario Vega, aunque sus amigos lo llamaban 'Kiko'. Estuvo con Pablo Escobar, a quien visitó con frecuencia en La Catedral, pero en 1992 terminó como miembro de los 'Pepes'.
Tras la muerte de Escobar, se convirtió en el hombre de confianza del nuevo patrón de la capital antioqueña: 'Don Berna'. Vio surgir el cartel del Norte del Valle y en 1994 se fue a vivir a México. Por esa época ya tenía cuatro solicitudes de extradición. Este no fue un impedimento para que viajara frecuentemente a Colombia utilizando tres pasaportes diferentes.
A comienzos de 2000 se le presentó a Salvatore Mancuso en una de sus fincas en Córdoba. El jefe paramilitar le pidió a Ochoa utilizar sus "contactos" en México para traer a Colombia un armamento para las AUC.
Durante los siguientes cinco años vivió en las entrañas de los paramilitares. Denuncia que Mancuso y otros miembros de las AUC traficaron toneladas de cocaína cuando ya estaban en pleno proceso de paz. Cuando sintió cerca los pasos de la justicia estadounidense, fue protegido por los paras, que no tuvieron inconveniente en esconderlo, como a muchos otros extraditables, en pleno corazón de Santa Fe Ralito.
También dice que fue testigo de cómo los paramilitares recogieron plata para sumarle votos a la primera candidatura presidencial de Álvaro Uribe. Esta afirmación no es más que una versión personal. No significa que Uribe, ni su campaña, hubieran buscado, pactado, o conocido esos supuestos apoyos electorales.
Ochoa, que piensa contarle todo a la justicia, reveló increíbles secretos de las relaciones entre paramilitares y narcotraficantes.
SEMANA: ¿Usted por qué decide hablar?
FABIO OCHOA VASCO: Porque Salvatore Mancuso está mintiéndole a la Fiscalía y no está contando toda la verdad.
SEMANA: ¿Y usted qué tiene que ver con Mancuso?
F.O.V.: Yo conocí a Mancuso a principios de 2000 a través de mi cuñado. Él le habla de mí, le cuenta que yo vivo en México y me invita a una finca en Tierralta (Córdoba), la famosa 'Mueblería'. Él ya tenía su discurso de que las AUC no iban a dejar que el proceso de paz de las Farc con Pastrana saliera adelante y que ellos necesitaban generar dinero para crecer su ejército. Él empezó a necesitar de unos contactos en México y me pidió ayuda.
SEMANA: ¿Ahí fue cuando usted comenzó a trabajar con él?
F.O.V.: A partir de ese momento comencé a conocerle sus negocios de narcotráfico, de armas, sus secretos y su relación con los políticos. Mancuso ya era narco y para. Ya tenía rutas a diferentes partes del mundo. Ya era un hombre rico. Ya tenía fincas, ganado y poder. El primer favor que me pidió era que él tenía un contacto en México y que necesitaba hablar con esa persona para importar un armamento. Yo le hice el favor. Busqué al señor mexicano que me dijo, lo encontré y se lo llevé hasta Montería. Ellos hicieron su negocio.
SEMANA: ¿En qué consistía ese negocio?
F.O.V.: Se trató de una importación, a través de Honduras, de un armamento. Eran fusiles AK y R-15, rockets y munición. Ese armamento lo debe tener todavía Mancuso porque eso tardó un año y medio en llegar. Eso fue por lancha. Llegó como tres meses antes de que él se desmovilizara. Hasta donde yo sé, quedó guardado y no lo entregó cuando se desmovilizó. Eso entró por Puerto Escondido (Córdoba) y lo recibió Andrés Angarita, que era un comandante de confianza de él.
SEMANA: ¿Cómo continuó su relación con Mancuso después de ese favor?
F.O.V.: Mancuso me pidió que le prestara unos muchachos del barrio Manrique en Medellín, que trabajaban conmigo en un proyecto de resocialización. Él los quería para que trabajaran con Andrés Angarita en Puerto Escondido montando un proyecto social parecido al que yo tenía en las comunas. Yo mando a los muchachos y ellos se dan cuenta de que lo que Mancuso hacía en realidad, era sacar droga por ese sitio.
SEMANA: ¿Cómo se dan cuenta?
F.O.V.: Puerto Escondido era una zona de el 'Alemán'. Allá había una finca que tenía siete kilómetros de playa que había sido del narcotraficante hondureño Ramón Matta Ballesteros. Mancuso terminó quedándose con ella después de matar al administrador y la convirtió en una de sus principales salidas de droga.
SEMANA: ¿De dónde sacaba la droga Mancuso?
F.O.V.: Mancuso controlaba dos zonas principalmente: el Catatumbo y Tierralta (Córdoba). Mínimo le daban 10.000 kilos mensuales. En el Catatumbo había varios bandos, pero Mancuso era el patrón.
SEMANA: ¿Usted participó en esos negocios de droga, o cómo se explica que conozca ese tipo de información?
F.O.V.: Lo que pasa es que a través de mis amistades yo le ayudo a Mancuso con unas personas clave para sus negocios de droga. Yo fui una especie de enlace entre diferentes personas con él. Yo no puedo decir que soy una persona inocente sobre esos asuntos. Lo que pasa es que Mancuso ha dicho que yo era el patrón, y en realidad, el patrón era él.
SEMANA: ¿Tiene pruebas para demostrarlo?
F.O.V.: Tengo, y muchas. Por ejemplo, Mancuso tenía un muchacho sanandresano llamado Javier Hooker. Él era el lanchero principal de Mancuso para sacar la droga por Puerto Escondido. Hooker se le empieza a salir de las manos y comienza a trabajar con otra gente. Lo que no ha contado Mancuso es que él lo mandó matar en 2004 por temor a que lo delatara, y el cuerpo está enterrado en una de sus fincas. Quien recibió la orden de asesinarlo está dispuesto a hablarle a la justicia. La otra prueba es de un muchacho que está en la cárcel de Cómbita. Él se llama René de Martini y fue arrestado en febrero de 2005, cuando fue incautada una lancha cerca de San Andrés con dos toneladas de cocaína. Él era el que le manejaba el supuesto proyecto social que tenía como fachada Mancuso en Puerto Escondido, pero en realidad era el que le supervisaba la salida de la droga hacia México.
SEMANA: ¿Y cómo era el negocio de narcotráfico de Mancuso?
F.O.V.: Yo estuve con él desde 2000 a 2005. En ese tiempo vi cómo, en menos de año y medio, entre 2003 y 2005, Mancuso recibió 90 millones de dólares de la droga. La manera de demostrarlo es con testigos y documentos contables que tengo en mi poder. Lo mismo que sus aliados tarde o temprano estallarán y contarán también lo que saben.
SEMANA: ¿Como quiénes?
F.O.V.: Como 'Jorge 40' y 'Diego Vecino'. 'Vecino' manejaba las rutas desde Cartagena hasta Lorica y las islas de San Bernardo del Viento, diagonal a Moñitos.
SEMANA: ¿Y 'Jorge 40'?
F.O.V.: Los aviones pequeños que salían con droga despegaban de las pistas de 'Jorge 40' en Cesar que se las manejaba el comandante '39', a quien después mataron. Entre '40', 'Vecino' y Mancuso había total complicidad para el negocio de la droga. El problema es que él está confiado en que los otros no van a delatarlo. Sin embargo, entre ellos hubo muchos problemas por la droga. Cuando 'Jorge 40' aún no se había desmovilizado, le robó a Mancuso 2.300 kilos de coca en 2005 porque necesitaba plata. Eso creó un problema muy grande entre ellos, tanto que hasta Luis Carlos Restrepo tuvo que intervenir para calmarlos.
SEMANA: ¿Cómo entraba Mancuso el dinero a Colombia?
F.O.V.: Lo entraban por diferentes rutas. Nunca en avión privado, sino por aeropuertos comerciales en donde se tiene que comprar mucha gente. 'Bon Ice', su hombre de confianza, era el que le recogía la plata en Bogotá y se la llevaba a Montería.
SEMANA: ¿Dónde guarda todo el dinero?
F.O.V.: Él lo oculta a través de varios testaferros. Uno es 'Maroso', un ganadero importante de Córdoba. Otro es el 'Turco', que tiene una tienda de electrodomésticos en Montería. Tiene un grupo de abogados que armaron empresas y compraron unas fincas. Yo me asocié con Mancuso en algunas de estas propiedades y no pude pagarlas. Me cobró una multa y me costó la casa de mis hijos y unas propiedades de mi familia en Medellín. Ninguna de esas propiedades figura en las listas que tiene la Fiscalía y por eso él no las nombra. También tiene mucha plata encaletada. Y está mintiendo cuando le dice a la justicia que toda su fortuna está conformada por 4.000 hectáreas y 25 millones de dólares. No más en tierra tiene más de 100.000 hectáreas. Sólo en las fincas 'La Mueblería' , '00' y '05', que yo conozco bien, tiene 18.000 hectáreas y 120.000 cabezas de ganado.
SEMANA: ¿Usted está contando todo esto para vengarse de Mancuso?
F.O.V.: No. Lo que pasa es que él viene hablando de unas cifras muy equivocadas y no ha dicho la verdad sobre sus negocios de narcotráfico. Por ejemplo, no ha hablado de sus negocios con dos hermanos venezolanos quienes eran sus socios. Eran los que le manejaban gran parte de la droga que Mancuso sacaba del Catatumbo hacia Venezuela. La última vez que yo lo oí hablar sobre de esos negocios fue cuando mandó a 'Bon Ice' a ese país a recoger unas platas porque por esos días necesitaba urgentemente 25 millones de dólares para un negocio. Tampoco ha contado que en 2003, cuando comenzó el proceso de paz, tenía escondidas 72 toneladas de coca en Ralito listas para exportar. Ni ha mencionado que en 2005 sacó 23.000 kilos y los repartió. A 'Jorge 40' le dio 8.000 kilos para sacarlos por Cesar y Santa Marta, y 15.000 se los dio a sus socios venezolanos. Eso lo sé y lo vi porque por esa época Mancuso me tenía escondido en Ralito.
SEMANA: ¿Como así que Mancuso lo tenía a usted escondido, si la zona de diálogos era sólo para los paramilitares que estaban en el proceso de paz?
F.O.V.: Él me escondió nueve meses porque me había salido un nuevo indictment (acusación de la justicia estadounidense) en noviembre de 2004. A él no le convenía que me capturaran y contara todo lo que sé de sus negocios de narcotráfico. Allí estuve con Ricardo 'Cayo' Castro, que está también es requerido por la justicia norteamericana. Ellos prometieron en los puntos de negociación meter a sus financieros y Mancuso me dice: "Quédese aquí". Y me dejó la finca '05' para que viviéramos ahí.
SEMANA: ¿Quiénes más estaban escondidos allá en Santa Fe Ralito?
F.O.V.: También estaban escondidos otros extraditables. Conmigo éramos como 10. Es más, Juan Carlos, el 'Tuso' Sierra y yo nos reunimos una vez y pensábamos proponerle al gobierno una entrega de los que estábamos pedidos en extradición por Estados Unidos. A 'Cayo' y a mí nos protegía Mancuso, al 'Tuso" lo acogió 'Don Berna'. Había otros protegidos en Urabá por el 'Profe', Vicente Castaño. A mí no me pidieron a cambio nada. Pero a otros les cobraban por protegerlos. El precio dependía del marrano. Mancuso nos dijo que ellos podían convencer al gobierno de meternos dentro del paquete de la ley como paras, que ya todo estaba arreglado. Ellos pagarían seis años y los narcos avalados por las AUC pagarían máximo 12 años.
SEMANA: ¿Y por qué estaban tan seguros de ese arreglo con el gobierno?
F.O.V.: Porque cuando yo comencé a asistir a reuniones de las AUC, a finales de 2001, ya se hablaba de eso. Es más, recuerdo que yo estaba con Mancuso en la finca '05' y llegaron dos señores de Medellín. Yo escuché la conversación en donde básicamente ellos les proponían un proceso de paz muy favorable para las autodefensas, tanto que las AUC estaban felices y empezaron a reunir a todo el mundo porque los votos tenían que ser para Uribe y explicaban lo que él estaba dispuesto a hacer por ellos. Comenzaron a convocar a los líderes comunales, los mandamás y a trasladar gente para convencerla.
SEMANA: ¿Quiénes eran esos dos señores?
F.O.V.: Yo no soy político, pero soy paisa. Y ellos eran paisas. Hablaron del proyecto de paz. Dijeron que había cabida para el que tuviera problemas en Estados Unidos. Y en otras reuniones, estuvieron empresarios, ganaderos y narcos a los que ellos pensaron que podían entrar y les dijeron que se prepararan para un proceso de paz. Algunos dijeron que darían plata para la campaña porque una de las promesas era que iba a ser un proceso en donde, si usted estaba acusado de autodefensa o tenía sospechas, se salvaba.
SEMANA: ¿Y al final, quiénes dieron plata para la campaña?
F.O.V.: Yo le digo lo que yo vi. Antes de esconderme en Ralito yo visitaba a Mancuso con frecuencia en su finca, la '05'. En una de esas visitas, en marzo de 2002, cuando Uribe comenzó a repuntar en las encuestas, estaba conversando con Mancuso cuando llegó una camioneta Hilux y se bajaron dos hombres de unos 45 y 38 años, paisas, pero venían de Bogotá. Los vi cinco minutos cuando Mancuso les dio la orden a dos de sus hombres de seguridad de que subieran al carro tres maletas llenas de billetes de cien dólares. Es más, de esa plata yo aporté 150.000 dólares. Ellos se fueron rápido antes de que cerraran el aeropuerto. Iban para Bogotá.
SEMANA: ¿Usted está consciente de lo que se está refiriendo?
F.O.V: Sólo les habló de lo que vi y de lo que me dijo Mancuso. Y no sé qué hicieron con esa plata, ni siquiera sé si le llegó a la campaña, si la dieron a los políticos regionales o si Mancuso se quedó con ella.
SEMANA: ¿ Y usted por qué dio 150.000 dólares?
F.O.V.: Yo di poco porque yo no era ni capo ni estaba en el proyecto, era simplemente una solidaridad hacia el comandante que era mi amigo. Pero me comprometí a movilizar en Antioquia a unas 5.000 personas y la orden era que tenían que votar por Uribe.
SEMANA: ¿Y lo hizo?
F.O.V.: Claro. Hice reuniones, contraté buses y les di comida el día de las elecciones. Yo creo que en esa movilización en un día me gasté 300 millones de pesos. Yo no sé cuánta gente votó al final por él, pero el triunfo fue total.
SEMANA: ¿Qué ganaba usted con eso, si no era paramilitar?
F.O.V.: Yo llevaba hasta ese momento 14 años en la clandestinidad. A mí me daba igual. Yo colaboraba porque pensé que Colombia necesitaba soluciones al tema del conflicto y al tema del narcotráfico.
SEMANA: Pero usted ya tenía antecedentes de haber trabajado con narcos de Medellín, como Fernando Galeano, asesinado por Pablo Escobar, y tenía desde los años 80 cuatro acusaciones por droga en Estados Unidos.
F.O.V.: Es verdad. Y estuve desde el 83 hasta el 85 en las cárceles de Oklahoma y Reno. En el 87 volví a Colombia y un año después conocí al 'Negro Galeano' y a 'Don Berna' porque era su jefe de seguridad. En el 88 me salió un indictment en el que me relacionaron con un negocio de mi hermano Mauricio. Yo no quise solucionar ese problema con Estados Unidos, pero mi hermano estuvo preso 10 años, salió con sida y murió a las cuatro semanas. Luego viví en Cali y después me fui para México, pero viajaba a Colombia frecuentemente. A finales de los 90 regreso a Medellín y me dedico a un proyecto de resocialización del barrio Manrique en las comunas.
SEMANA: Pero, volviendo al tema de los aportes a la campaña, usted no habla sino de Mancuso. ¿Es que él fue el único que dio plata?
F.O.V.: Mi amistad era con Mancuso y por eso le hablo de lo que fui testigo. Él es de esos hombres que hacen alarde de todo. Incluso, unos cuatro días antes de las elecciones, le dio a su segundo comandante, Andrés Angarita, dos millones de dólares para que repartiera en Montería.
SEMANA: Pero en Montería perdió Álvaro Uribe.
F.O.V.: Mancuso cuando supo los resultados se emberracó, puteó y dijo que de ahora en adelante la gente de Montería iba a comer mierda. Pero Angarita no puede ser testigo porque él lo mandó matar. Pero después de que ganó Uribe las elecciones, Mancuso nos decía que ahora sí eran los cuatro años de nosotros y vamos a manejar esto como queramos.
SEMANA: ¿Y por qué creer que usted está diciendo la verdad?
F.O.V.: Yo estuve con Mancuso cinco años. Lo conozco muy bien. Le aseguro que tarde o temprano él contará la verdad. Cuando vea que se le cierran las puertas para lograr una condena de justicia y paz, más la presión de los norteamericanos, que saben que él es el más grande capo que hay en Colombia, tratará de defenderse y contará sus alianzas con el presidente Uribe. Mancuso es un hombre traicionero.
SEMANA: ¿Quién más, que pueda llegar a hablar, sabe sobre estas alianzas?
F.O.V.: Todos los comandantes que se sentaron la primera semana en la mesa de negociaciones saben la verdad. Saben que para estar donde están, metieron más de 10 millones de dólares. Tarde o temprano alguno se va a reventar porque se sienten traicionados por el gobierno.
SEMANA: Como que traicionados. ¿Acaso no les ha ido bien?
F.O.V.: Mire, desde los 12 puntos iniciales del proceso era un ambiente de angustia porque el gobierno los había traicionado y cada vez que intentaban ponerle presión al gobierno, les respondían: ¡Hagan lo que quieran! Llegaba el comisionado Luis Carlos Restrepo y volvían a arrancar porque no todos son guerreros. Son personas que se lucraron con el negocio de la droga, se cansaron del monte y la riqueza que tienen no la quieren compartir con el pueblo. Es una oportunidad que no pueden perder.
SEMANA: Usted mismo reconoce que el Comisionado de Paz era fuerte en su posición.
F.O.V.: Uribe fue muy inteligente al poner a Restrepo a negociar. Después de que matan a Castaño les cambian toda la torta y el Comisionado los pone a pelear entre ellos. Coge a uno por uno: "Usted se entrega y yo le ayudo con los norteamericanos", les decía. Fue muy astuto. Logró dividirlos. Yo fui a dos reuniones y el man les decía: "Ladrones, bandidos. Yo no hablo con ustedes como grupo... yo hablo con usted, Mancuso. Yo habló con usted, comandante. Y con usted". Y logró desunirlos con amenazas. El sí les habló duro. En cambio uno veía al ministro Sabas Pretelt hablar mal de ellos en los medios y después uno oía a Mancuso decir que él era amigo, que iba a trabajar para ayudarlos y que todo era un 'paro' que tenía que hacer públicamente.
SEMANA: ¿Usted asistía a todas las reuniones de las AUC?
F.O.V.: No. Yo fui a algunas. Y estuve en las que Mancuso hacía en '05', donde yo vivía.
SEMANA: ¿En esos meses que estuvo en la finca de Mancuso supo algo de por qué razón mataron a Carlos Castaño?
F.O.V.: Mancuso pedaleó la muerte de Carlos Castaño. Ese día yo estaba en su finca y me levantó en la mañana para contarme que habían matado a Carlos. Él ya venía diciéndome que Carlos era una piedra en el zapato. Venía con el cuento de que estaba trabajando con la DEA y decía que iba a ser el tropiezo del proceso. Antes de la muerte de Carlos uno sentía la tensión que se vivía en la zona.
SEMANA: ¿Por qué?
F.O.V.: Carlos Castaño empezó a agredirlos a ellos y a los amigos. Después de que Uribe es electo, Mancuso le ordena a la gente que Carlos no debía enterarse de nada de sus movimientos de mercancía, plata, ni de nada. Mancuso empieza a planear la muerte y pedalea para que el 'Profe', Vicente Castaño, dé el OK. A 'Berna' no lo tuvo que voltear porque en una reunión discutió con él porque no quería volver a ver a los narcos en la zona. Para Carlos, todo el que visitaba a 'Berna' era un narco y discutieron por la presencia de el 'Mellizo' y el 'Tuso'. En ese alegato Carlos le tiró una granada a una laguna en donde 'Berna' tenía peces y se los mató todos. A partir de ahí todo cambió. 'Berna', quien antes andaba con seis escoltas, empezó a andar con 22. Lo mismo Mancuso. Fuera de eso, venía el rumor de que Carlos estaba colaborando con la DEA. Mancuso aprovechó eso para convencer a todos los jefes paramilitares de matar a Carlos. Paradójicamente, Mancuso estaba haciendo lo mismo por lo que ordenó matar a Carlos: Negociando con la DEA.
SEMANA: ¿Por qué Mancuso pasó de ser su amigo a ser su enemigo?
F.O.V: Porque me delató ante la Dea y les dijo que yo era el nuevo Pablo Escobar de Colombia. Gracias a su delación, mi vida vale hoy cinco millones de dólares que es lo que ofrecen los gobiernos de Estados Unidos y Colombia por mí. Es parte de su estrategia, ya que en caso de ser extraditado, tiene la coartada para echarme a mí la culpa de todos sus negocios de narcotráfico. Pero aparte de eso, la verdad es que cuando Mancuso dijo que él sólo "tuvo que cuidar cultivos de coca cobrar impuestos y vender la coca para financiar la guerra" es falso. Mancuso es un capo y yo tengo las pruebas para demostrarlo en mi defensa ante la Fiscalía colombiana o si llego a ser extraditado a Estados Unidos.
SEMANA: ¿Cuándo fue la última vez que habló con Mancuso?
F.O.V.: El día antes de que capturaron a 'Berna' en Ralito, en 2005. Ese día me llamó por el radio para decirme que el comisionado Luis Carlos Restrepo lo había llamado para decirle que iban por Bernardo. Al otro día me fui de Ralito y salí del país. Jamás volví a hablar con él.
SEMANA: ¿Usted estaría dispuesto a contarle todo esto a la justicia?
F.O.V.: Cuando a mí me lleven a juicio, yo voy a contar la verdad porque me siento traicionado por Mancuso. Se ha dedicado a engañar a un poco de gente. Habla más fácilmente de los muertos que de los vivos. Yo lo que quiero es desmantelar las mentiras de un capo tan grande como Mancuso, que vale 500 millones de dólares...